San Camilo ora por la paz en Ucrania

Acogiendo la invitación del Papa Francisco a creyentes y no creyentes a unirse en oración por la paz en Ucrania, nos hemos congregado residentes, trabajadores y amigos en la capilla del Centro San Camilo, para poner en manos del Señor la situación actual de este país.

La Cuaresma que hoy comienza es tiempo de esperanza. El espíritu del tiempo litúrgico y los temores del momento presente nos mueven a ofrecer tanto a creyentes como a toda persona de buena voluntad un espacio que pretende significar el deseo de paz en el mundo y el compromiso de crear paz en nuestro entorno inmediato.

Este momento de oración y encuentro ha sido guiado por Xabier Azkoitia, responsable de Servicio de atención espiritual del Centro quien nos ha recordado que «el deseo de paz es un anhelo universal. La convicción de que el camino hacia la paz está atravesando un momento difícil y delicado ensombrece asimismo a muchos de sus amigos»

Oración por la Paz

Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.

Que donde haya odio, ponga yo amor,

donde haya ofensa, ponga yo perdón,

donde haya discordia,

ponga yo unión,

donde haya error, ponga yo verdad,

donde haya duda, ponga yo fe,

donde haya desesperanza, ponga yo esperanza,

donde haya tinieblas, ponga yo luz,

donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Haz que yo no busque tanto

ser consolado como consolar,

ser comprendido como comprender,

ser amado como amar.

Porque dando es como se recibe;

olvidándose de sí mismo

es como se encuentra a sí mismo;

perdonando es como se obtiene el perdón;

muriendo es como

Un viaje para la esperanza

La culminación del viaje del papa Francisco a Irak es una llamada a la esperanza en un tiempo tan difícil y complejo como el que vivimos.

Es una gran oportunidad, ahora que en el mundo parece que el sufrimiento es causado únicamente por la pandemia; remover de nuevo el foco hacia realidades de gran sufrimiento y desolación que parece que hace más de un año ya olvidamos.

Los diferentes conflictos armados, las guerras, sus consecuencias y las víctimas han sido una realidad clave a la que nos ha llamado el papa a mirar. Llama a alzar la voz contra la violencia y especialmente la que surge tras invocar la religión como excusa. Ante esta realidad debemos ser luz que clarifique los malentendidos y ponga en evidencia los errores del que esgrime la religión para espolear la violencia.

También las violencias cotidianas que encontramos en nuestro propio hogar, nuestro trabajo, y nuestras comunidades que van ahogando y asfixiando a aquellos que las sufren y muchas veces son silenciados. Hoy especialmente todas aquellas violencias que van contra las mujeres por el hecho de serlo y se dan en todo tipo de ambientes y realidades.

Esta denuncia viene seguida de la acción, del mandato expreso de la construcción de la paz. Pues requiere del esfuerzo y la suma de todos en vivir de forma fraterna; buscando la amistad y descartando los egoísmos que nos hacen ver al hermano como rival o enemigo. Esta paz no solo se construye en los territorios en conflicto, sino que hay que construirla en cada entorno y cada realidad.

Los religiosos Camilos meditamos las palabras del papa para seguir llevando paz a los corazones heridos por la enfermedad, la soledad o la pérdida cuidando con «más corazón en las manos».

La cultura del cuidado como camino hacia la paz

«La cultura del cuidado como camino hacia la paz», así titula el Papa Francisco el mensaje de la 54 Jornada Mundial de la Paz.

Este día tan importante en el que la iglesia anima a ponerse frente a frente con nuestro compromiso para construir paz en nuestra vida muchas veces queda eclipsado por la celebración del año nuevo. El mensaje de este año es especialmente evocador ya que desde el título apela al carisma camilinano como camino a la paz. Coloca a Dios como modelo de cuidado, que se fía del ser humano para cultivar y cuidar su creación, para hacer que florezca y perviva. Recuperar este espíritu es clave para toda comunidad que se reúne en torno a Jesús.

La cultura del cuidado se convierte hoy en un imperativo social con el que tenemos que tener un compromiso activo. Depende de cada uno de nosotros que aunemos esfuerzo y renovemos nuestra vida para cambiar hábitos que lleven de una cultura individualista, del consumo y la productividad a una cultura del cuidado, el cultivo y el crecimiento y aprendizaje común.

Una parte importante de la tradición de la Iglesia, desde las obras de misericordia y la doctrina social de la Iglesia nos ayudan a concretar el camino. La búsqueda de la paz tiene que ser concreta en nuestra vida y no quedarse en un ideal que rápidamente sucumbe a la fluidez de los tiempos.

Os animamos a leer este documento y la experiencia de san Camilo de Lelis en su misión de pacificador de los lugares de sufrimiento donde los enfermos y frágiles habitaban. Que sirvan de inspiración para que nuestros «propósitos de año nuevo» sean algo más que una lista de buenos deseos.

CARTA La cultura del cuidado como camino hacia la paz