Cuenta atrás para las XVII Jornadas Nacionales de Alzhéimer

Las XVII Jornadas Nacionales de Alzhéimer organizadas por el Centro de Humanización de la Salud se celebrarán los día 9 y 10 de abril en Tres Cantos (Madrid). Son gratuitas y todavía puedes inscribirte.

Los días 9 y 10 de abril se celebrarán en el Centro de Humanización de la Salud de Tres Cantos (Madrid) las XVII Jornadas Nacionales de Alzheimer. La cita ofrecerá, un año más, espacios de encuentro e intercambio de conocimientos sobre esta realidad, a través de conferencias y talleres muy prácticos con diferentes expertos compartirán contenidos y novedades en el abordaje de la enfermedad para mejorar el cuidado a las personas con alzheimer.

Las Jornadas son GRATUITAS y pretenden aportar un marco teórico y entrenamiento práctico de habilidades que mejoren la intervención con los enfermos de alzheimer.

Estas Jornadas, que ya van por su edición décimo séptima, han sido reconocidas con un crédito URL y un crédito ECTS para todos los alumnos matriculados en alguna carrera de la Universidad Autónoma de Madrid. Se espera la asistencia de 600 personas.

Programa e inscripción de las Jornadas

Alumnos de formación de posgrado han realizado el practicum en el Centro San Camilo

Alumnos de formación de posgrado de los Diplomas de Especialización Universitaria en Gestión de centros y Servicios para personas mayores y atención a la Dependencia, Humanización de la Salud e Intervención Social y de Cuidados Paliativos del Centro de Humanización de la Salud han realizado durante la semana pasada el practicum en el Centro San Camilo.

Desde el pasado lunes 17, un grupo de 30 alumnos, provenientes de diversos puntos de la geografía española y de ámbitos relacionados con la sanidad y la intervención social entre otros, participan muy activamente en las actividades del Centro, especialmente en las de la Unidad de Cuidados Paliativos  y Residencia Geriátrica Asistida San Camilo: rehabilitación, psicología, asistencia espiritual, trabajo social, voluntariado… Acompañados por los profesionales del centro Asistencial, los alumnos están "empapándose" de la realidad asistencial al que más adelante podrán incorporarse o reciclarse en sus respectivas profesiones. El Prácticum, especialmente valorado por los alumnos, se inserta en la formación de posgrado, Diplomas de Especialización Universitaria que se imparten en el Centro de Humanización de la Salud y que están homologados por la Universidad Ramón Llüll de Barcelona. Conoce y participa en la formación de posgrado del Centro de Humanización de la Salud.

Los Camilos celebran el 107 cumpleaños de la Hna. Cándida Bellotti

"No podía haber mayor gozo que celebrar el cumpleaños con el Papa Francisco" ha afirmado la Hna. Cándida Bellotti que con 107 años ha conocido diez papas y es la religiosa más anciana del mundo.

La religiosa más anciana del mundo perteneciente a la Congregación de las Ministras de los Enfermos ha comparecido ante la prensa en la Casa General de los Religiosos Camilos de Roma. Y ella respondió a todos con agudo ingenio a cuantas preguntas le han formulado los periodistas. La respuesta de los medios de comunicación, religiosos y generalistas, ha superado todas las expectativas. En la comparecencia la Hna. Cándida ha asegurado que "en más de 80 años de vida religiosa nunca me he arrepentido de mi decisión". Y añadió: "Sólo aquellos que experimentan la felicidad de acercarse al Señor puede comprender cómo su gran amor a nosotros y la paz que sale de su corazón." A la pregunta sobre cuál es el secreto de esta longevidad, Sor Cándida respondió que "escuchar la voz de Cristo y ser obediente a su voluntad. En toda mi vida siempre he pensado: que donde el Señor me ponía era el lugar adecuado para mí."  Respecto a su oración favorita, la Hna. Cándida afirmó que "el Santo Rosario. Pero hay otra oración que a menudo repito durante el día. Dice así: Señor, te alabo, te adoro y te doy las gracias por tu amor y tu misericordia." Fácil de guardar, y rica en contenido. La figura de Sor Cándida es un ejemplo extraordinario de vocación camiliana vivida con alegría, sencillez y coherencia, ofreciendo como San Camilo un testimonio de caridad hacia los enfermos y los necesitados. 

La religiosa camila más anciana del mundo cumple 107 años

El próximo 20 de febrero Sor Cándida Bellotti, la religiosa camila más anciana del mundo que pertenece a la congregación de las Ministras de los Enfermos, cumplirá 107 años.

Sor Candida Bellotti ha dedicado toda su vida profesional  como enfermera al servicio de los enfermos en diversas ciudades de Italia. Nació en Quinzano (Verona) y actualmente vive en Lucca muy lúcida y con una gran autonomía. El próximo 20 de febrero participará en la Eucaristía que presidirá el Papa Francisco en la Casa de Santa Marta. A continuación se trasladará a la Casa General de la Orden de los Ministros de los Enfermos, más conocidos como Religiosos Camilos, en la iglesia de Santa María Magdalena de Roma donde tendrá lugar un encuentro con periodistas.

Los Camilos del mundo celebran la Jornada Mundial del Enfermo.

Los Religiosos Camilos, que estamos presentes en más de 40 países del mundo de los cinco continentes, hemos celebrado la Jornada Mundial del Enfermo el pasado 11 de febrero de múltiples formas.
Aquí puedes encontrar una breve galería fotográfica como muestra de las mismas. También puedes leer una reseña de un mensaje del P.Paolo Guarise, Vicario General de la Orden, con motivo de la celebración de esta Jornada.

Extracto del mensaje del P. Paolo Guarise, Vicario General de la Orden

La Jornada Mundial del Enfermo se celebra el 11 de febrero coincidiendo con la celebración de Nuestra Señora de Lourdes. La elección de esta fecha manifiesta  a cercanía de María con las personas que sufren.  En el mensaje que el  Papa Francisco ha escrito con motivo de esta Jornada afirma que : “el Hijo de Dios hecho hombre no ha eliminado la enfermedad de la experiencia humana y el sufrimiento sino que, tomándolos sobre sí, los ha transformado y delimitado. Delimitado, porque ya no tienen la última palabra que, por el contrario, es la vida nueva en plenitud; transformado, porque en unión con Cristo, de experiencias negativas, pueden llegar a ser positivas”. (nº 2). Esta afirmación puede resumirse del siguiente modo: si vivimos nuestra enfermedad desde la perspectiva de la cruz de Cristo, nuestro sufrimiento puede ser aliviado en alguna medida porque este dolor no es la ‘última palabra, ya que la última palabra pertenece a Cristo y a su propuesta de plenitud.
La cercanía y el acompañamiento a las personas que sufren son una dimensión esencial de nuestra vida cristiana. "San Juan - dice el Papa en su mensaje - nos recuerda que no podemos amar a Dios si no amamos a los hermanos" (Mensaje,  5). 

“Con el corazón de una madre”

En el cubículo de San Camilo que forma parte del museo que hay en la Casa General de Santa María Magdalena, hay una inscripción en latín: Cuerdas Matris Cum (“con el corazón de una madre”). Se trata de una síntesis que San Camilo repetía frecuentemente a sus religiosos: “Sirvamos a los enfermos con el mismo amor que una madre tiene a su único hijo enfermo”. Por desgracia, nuestra sociedad, debido a los intereses materiales y a los problemas socioeconómicos, está muy alejada de este amor materno a los enfermos. A menudo, los centros de atención sanitaria adolecen por falta de recursos económicos, materiales, técnicos, pero sobre todo por la falta de humanización y de amor en el personal que trabaja en los mismos. San Camilo, patrono de los enfermos y del personal sanitario que cuida de los enfermos, nos invita a poner "¡más corazón en sus manos!" en nuestro servicio. Un servicio y una ocupación que no adopte un comportamiento dictado por el corazón y la ternura, apenas se abrieron paso en las expectativas del paciente. En un mundo que busca fundamentalmente el bienestar físico y el placer, no debemos olvidar el respeto, cariño y cuidado a las personas mayores. Aunque muchos de ellos ya no puedan trabajar, tienen mucho que ofrecernos por la experiencia / sabiduría que acumulan. Algunos de ellos pueden seguir aportando a la sociedad esta experiencia de forma voluntaria. La figura del Buen Samaritano – icono evangélico de los que cuidan de los que sufren – nos enseña a calmar las heridas con aceite y vino hombre sangrando en medio de la carretera y sacar algo de nuestra cartera para cumplir con el cuidado . y la hospitalidad lo tanto, ofrecemos a nuestros recursos personales – en la forma y medida en que nuestras vidas nos permite – pero la mayoría de todo lo que ofrecemos nuestro corazón.  P.Paolo Guarise, 
Vicario General

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma

La Santa Sede ha dado a conocer, la semana pasada, el Mensaje del papa Francisco para la Cuaresma. El texto ofrecido por Francisco tiene como título “Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”. En él mismo el Papa habla de las diferentes formas de pobreza que la humanidad sufre en el momento actual y, también, nos alerta contra tres tipos de miseria: “miseria material, moral y espiritual”, que aquejan al ser humano.

Algunas frases del Mensaje de Cuaresma del Papa Francisco:

  • “Los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas”.
  •  “La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad (…) Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir”.
  • “No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! (…) Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud”.
  • “Esta forma de miseria [moral], que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso”.
  • “La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele”.

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2014

Se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza (cfr. 2 Cor 8, 9)

Queridos hermanos y hermanas:

Con ocasión de la Cuaresma os propongo algunas reflexiones, a fin de que os sirvan para el camino personal y comunitario de conversión. Comienzo recordando las palabras de san Pablo: «Pues conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros con su pobreza» (2 Cor 8, 9). El Apóstol se dirige a los cristianos de Corinto para alentarlos a ser generosos y ayudar a los fieles de Jerusalén que pasan necesidad. ¿Qué nos dicen, a los cristianos de hoy, estas palabras de san Pablo? ¿Qué nos dice hoy, a nosotros, la invitación a la pobreza, a una vida pobre en sentido evangélico?

La gracia de Cristo

Ante todo, nos dicen cuál es el estilo de Dios. Dios no se revela mediante el poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: «Siendo rico, se hizo pobre por vosotros…». Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual al Padre en poder y gloria, se hizo pobre; descendió en medio de nosotros, se acercó a cada uno de nosotros; se desnudó, se “vació”, para ser en todo semejante a nosotros (cfr. Flp 2, 7; Heb 4, 15). ¡Qué gran misterio la encarnación de Dios! La razón de todo esto es el amor divino, un amor que es gracia, generosidad, deseo de proximidad, y que no duda en darse y sacrificarse por las criaturas a las que ama. La caridad, el amor es compartir en todo la suerte del amado. El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los muros y las distancias. Y Dios hizo esto con nosotros. Jesús, en efecto, «trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado» (Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 22).

La finalidad de Jesús al hacerse pobre no es la pobreza en sí misma, sino —dice san Pablo— «…para enriqueceros con su pobreza». No se trata de un juego de palabras ni de una expresión para causar sensación. Al contrario, es una síntesis de la lógica de Dios, la lógica del amor, la lógica de la Encarnación y la Cruz. Dios no hizo caer sobre nosotros la salvación desde lo alto, como la limosna de quien da parte de lo que para él es superfluo con aparente piedad filantrópica. ¡El amor de Cristo no es esto! Cuando Jesús entra en las aguas del Jordán y se hace bautizar por Juan el Bautista, no lo hace porque necesita penitencia, conversión; lo hace para estar en medio de la gente, necesitada de perdón, entre nosotros, pecadores, y cargar con el peso de nuestros pecados. Este es el camino que ha elegido para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Nos sorprende que el Apóstol diga que fuimos liberados no por medio de la riqueza de Cristo, sino por medio de su pobreza. Y, sin embargo, san Pablo conoce bien la «riqueza insondable de Cristo» (Ef 3, 8), «heredero de todo» (Heb 1, 2).

¿Qué es, pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece? Es precisamente su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como el buen samaritano que se acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio muerto al borde del camino (cfr. Lc 10, 25ss). Lo que nos da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor lleno de compasión, de ternura, que quiere compartir con nosotros. La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento, buscando siempre y solamente su voluntad y su gloria. Es rico como lo es un niño que se siente amado por sus padres y los ama, sin dudar ni un instante de su amor y su ternura. La riqueza de Jesús radica en el hecho de ser el Hijo, su relación única con el Padre es la prerrogativa soberana de este Mesías pobre. Cuando Jesús nos invita a tomar su “yugo llevadero”, nos invita a enriquecernos con esta “rica pobreza” y “pobre riqueza” suyas, a compartir con Él su espíritu filial y fraterno, a convertirnos en hijos en el Hijo, hermanos en el Hermano Primogénito (cfr Rom 8, 29).

Se ha dicho que la única verdadera tristeza es no ser santos (L. Bloy); podríamos decir también que hay una única verdadera miseria: no vivir como hijos de Dios y hermanos de Cristo.

Nuestro testimonio

Podríamos pensar que este “camino” de la pobreza fue el de Jesús, mientras que nosotros, que venimos después de Él, podemos salvar el mundo con los medios humanos adecuados. No es así. En toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo.

A imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide con la pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza. Podemos distinguir tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual. La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana: privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad como la comida, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad de desarrollo y de crecimiento cultural. Frente a esta miseria la Iglesia ofrece su servicio, su diakonia, para responder a las necesidades y curar estas heridas que desfiguran el rostro de la humanidad. En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos a Cristo. Nuestros esfuerzos se orientan asimismo a encontrar el modo de que cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminaciones y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir.

No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! ¡Cuántas personas han perdido el sentido de la vida, están privadas de perspectivas para el futuro y han perdido la esperanza! Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi suicidio incipiente. Esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso. Dios es el único que verdaderamente salva y libera.

El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual: en cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y de esperanza! Es hermoso experimentar la alegría de extender esta buena nueva, de compartir el tesoro que se nos ha confiado, para consolar los corazones afligidos y dar esperanza a tantos hermanos y hermanas sumidos en el vacío. Se trata de seguir e imitar a Jesús, que fue en busca de los pobres y los pecadores como el pastor con la oveja perdida, y lo hizo lleno de amor. Unidos a Él, podemos abrir con valentía nuevos caminos de evangelización y promoción humana.

Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele.

Que el Espíritu Santo, gracias al cual «[somos] como pobres, pero que enriquecen a muchos; como necesitados, pero poseyéndolo todo» (2 Cor 6, 10), sostenga nuestros propósitos y fortalezca en nosotros la atención y la responsabilidad ante la miseria humana, para que seamos misericordiosos y agentes de misericordia. Con este deseo, aseguro mi oración por todos los creyentes. Que cada comunidad eclesial recorra provechosamente el camino cuaresmal. Os pido que recéis por mí. Que el Señor os bendiga y la Virgen os guarde.

Vaticano, 26 de diciembre de 2013

Fiesta de San Esteban, diácono y protomártir

FRANCISCO

El director del Departamento de Pastoral de la Salud celebra la Jornada Mundial del Enfermo en San Camilo

D. Jesús Martínez Carracedo, ha inaugurado esta mañana la Campaña del Enfermo en el Centro San Camilo de Tres Cantos presidiendo una Eucaristía con los residentes y pacientes del Centro Asistencial. La misa ha estado concelebrada por el P. Jesús María Ruiz, Superior Provincial.

El director del Departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española, D. Jesús Martínez Carracedo, ha inaugurado esta mañana la Campaña del Enfermo en el Centro San Camilo de Tres Cantos presidiendo una Eucaristía con los residentes y pacientes del Centro Asistencial. La misa ha estado concelebrada por el P. Jesús María Ruiz, Superior Provincial de los Religiosos Camilos de España y Argentina y por otros religiosos que trabajan en el servicio de capellanía. Con ocasión de la XXII Jornada Mundial del Enfermo, que este año tiene como tema Fe y Caridad, el Papa Francisco ha publicado un mensaje con el lema de la jornada «También nosotros debemos dar la vida por los hermanos» en el que nos invita a encontrar el sentido de nuestro sufrimiento en la cruz de Jesús.
El pasado domingo, al finalizar el rezo del Ángelus, el Papa Francisco al recordar la Jornada Mundial del Enfermo, alentaba a las familias que viven esta realidad a no tener miedo de la fragilidad y recordó que “la dignidad de la persona jamás se reduce a sus facultades o capacidades, y no viene a menos cuando la misma persona es débil, inválida y necesitada de ayuda”. La Jornada Mundial del Enfermo se celebra todos los años el 11 de Febrero coincidiendo con la Fiesta de Nuestra Señora de Lourdes. Esta celebración, instituida por el Papa Juan Pablo II en 1992, es el inicio de una campaña de sensibilización que culmina con la Pascua del enfermo (VI Domingo de Pascua) el próximo 25 de mayo. Este año, en el que celebramos el IV Centenario de la muerte de San Camilo, la Eucaristía del Centro San Camilo será retransmitida por La 2 de Televisión Española. La ‘campaña del enfermo’ tiene como finalidad colocar a los enfermos y a las personas que sufren como centro de la comunidad. Más en concreto los objetivos que se pretenden son:

  • Promover el compromiso de las comunidades cristianas y de la sociedad con las personas que sufren.
  • Sensibilizar a los creyentes sobre la importancia de su compromiso con los que sufren como una expresión que nace de su fe.
  • Celebrar la fe y el servicio competente de familias, profesionales, voluntarios e instituciones a los enfermos

Cada año el Centro Asistencial San Camilo de los Religiosos Camilos acoge en su residencia geriátrica a 140 personas mayores en situación de dependencia, atiende a 300 pacientes al final de la vida en la Unidad de Cuidados Paliativos, presta un Servicio de Ayuda a Domicilio a más de 200 personas y acompaña y realiza apoyo psicosocial a 600 personas a través del Centro de Escucha.

José Carlos Bermejo participará en Roma en unas Jornadas de Espiritualidad Camiliana

Estas Jornadas de Espiritualidad camiliana que se celebrarán del 18 al 20 de marzo en la casa de Santa María Magdalena en Roma y tienen como lema, "El carisma de Camilo. Un don en frágiles manos".

Entre las muchas iniciativas del programa de actividades del IV Centenario de la muerte de San Camilo destacan unas Jornadas de Espiritualidad Camiliana que se celebrarán del 18 al 20 de marzo en la casa de Santa María Magdalena en Roma. Estas jornadas serán un espacio de encuentro e intercambio de los Religiosos Camilos. En ellas se invitará a reflexionar sobre nuestra vocación y nuestro ser "llamado" y "enviado", a pesar de la fragilidad personal y comunitaria. Y es que, como decía San Pablo, “este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que todos vean que una fuerza tan extraordinaria procede de Dios y no de nosotros" (2 Cor 4,7). Conforme a esta idea, el lema elegido para las Jornadas es "El carisma de Camilo. Un don en frágiles manos".  Entre las personas que participan en estas Jornadas podemos señalar el Cardenal João Braz de Aviz y Monseñor José Rodríguez Carballo, Prefecto y Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, respectivamente. Asmismo participan Sor Nicoletta Broken y el Hermano José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización de la Salud. Estas jornadas de reflexión concluirán con una solemne celebración en la que participarán miembros de la Gran Familia de San Camilo el miércoles 20 de marzo presidida por Cardenal Joao Braz de Aviz. A la conclusión de los tres días habrá oportunidad para una corta visita a los “lugares camilianos”. Las Jornadas se impartirán en italiano. Las inscripciones se realizan en este e-mail:  fratelcarlo@camillodelellis.org. El plazo de inscripción está abierto hasta el 5 de marzo.