Actualidad


Jornadas Pastoral de la Salud
19/09/18

Voluntarios de pastoral de la salud agentes de humanización

El encuentro nacional de delegados de pastoral de la salud continúa profundizando sobre la importancia de la formación del voluntariado.

Tras los paneles de experiencias de la jornada del martes continuamos el encuentro desarrollando las claves de los planes de formación que han de ofrecerse al voluntariado de los equipos de pastoral de la salud de la mano de Jose Manuel Seijas. En su interesante ponencia resaltaba la importancia de desarrollar los planes de formación desde los objetivos que tenemos planteados para los diferentes programas, otorgándoles coherencia y continuidad. También destacaba la importancia del acompañamiento continuado a los voluntarios como parte de la formación, idea que ha sido una constante a lo largo del encuentro.

En la segunda intervención se profundizó en la importancia de la dimensión espiritual del voluntariado, como debemos facilitar que las personas que acompañan perciban el tesoro del encuentro, gracias a la experiencia de Jesús Conde Herranz. Nos transmitía la importancia de identificar la espiritualidad que está en el corazón del hombre, acudiendo a la escritura para acompañar las necesidades espirituales desde la Palabra de Dios como fuente. Una inspiradora sesión que nos invita a profundizar en nuestro carisma.

Tras la comida continuó Gerardo Dueñas con exponiendo las nuevas formas de proponer el voluntariado, haciendo hincapié en las posibilidades de motivas la vocación de los jóvenes en el mundo de la pastoral de la salud. Haciendo propuestas que inviten a provocar la emoción que conmueva a la persona que se acerca al voluntariado despertando en él su deseo de acompañar. Insistía también en la importancia del acompañamiento como pilar clave en la permanencia y la acción pastoral de dicha acción voluntaria.

Mañana será la clausura de este productivo encuentro que, estamos convencidos, ha suscitado propuestas, nuevas ideas y preguntas a contestar por los delegados de vuelta en sus lugares. Todo ello en un ambiente familiar y cercano de los que compartimos misión y carisma.

¡Sigamos siendo los Testigos de Esperanza que estén dispuestos a humanizar todo lugar de sufrimiento y enfermedad!