Actualidad


19/03/14

Un precioso regalo en frágiles manos

Un saludo fraterno a todos los que participáis en esta reunión de reflexión y oración: Es un placer y un privilegio poder estar reunidos en esta sala, la sala capitular, convertida ahora en museo. Esta casa ha sido el hogar de la primera comunidad camiliana, aquí estaban las habitaciones de los religiosos, en la planta de abajo -donde se encuentra actualmente la sacristía- se encontraba el refectorio de la comunidad, mientras que detrás de mí quedaba la enfermería - ahora llamada cubículo - donde Para celebrar este Año Jubilar es imprescindible estar convencidos de nuestra vocación –nuestra llamada- y recuperar nuestra profunda relación personal con Dios y nuestra relación filial con el Fundador. Deseo que estos tres días de profundización en la espiritualidad aquí en Roma, en la Casa Madre, sean importantes y espero que nos ayuden a cada uno de nosotros a redescubrir y profundizar en nuestra espiritualidad camiliana. Han pasado 400 años desde la muerte de San Camilo, pero su intuición, es decir, su carisma, el don que ha recibido de Dios es más valioso y necesario que nunca para el mundo de hoy. Este se nos presenta como un reto, que tiene que ser revivido y se aplicado en el contexto actual de nuestra sociedad y de nuestra Iglesia, que no difiere mucho de los tiempos Camilo (el Renacimiento, la Iglesia de la Contrarreforma). Las personas que sufren, las bolsas de pobreza - material y espiritual - la relación entre la salud y la enfermedad siguen siendo sustancialmente las mismas que en los tiempos de Camilo, porque la "materia prima" con la que nos enfrentamos es la misma: es la persona humana con sus altibajos, con sus sorpresas. Los fundamentos, a saber, los principios éticos sobre los que debemos construir una sociedad de amor y misericordia son siempre los mismos, ya que no cambian con el paso de los siglos. Con toda probabilidad, estos fundamentos necesitan una revisiones y adaptaciones que no sólo son decorativas o exteriores, sino profundas y renovadas. Cuatrocientos años no son pocos y es natural que una gran obra puede verse afectada por los estragos del tiempo y de la historia. Cuando hablo de los estragos del tiempo y de la historia, me refiero principalmente a la negligencia que está detrás de cada uno de nosotros a través de la indiferencia, al individualismo y a la pereza ante las urgencias de la enfermedad y la pobreza. Agradezco a quienes con su compromiso contribuyen, con su pequeño trozo de esmalte, al actual del mosaico camiliano, a pesar de los estragos del tiempo y la historia. Doy las gracias a los organizadores de los tres días el P. Carlos y al personal de la Comisión del Centenario IV. Gracias de antemano los ponentes y moderadores que se participarán sucesivamente en estos tres días de trabajo. En la celebración del IV Centenario asegurémonos de devolver la belleza original del mosaico camiliano, para acercarnos más y mejor a nuestros hermanos y hermanas necesitados, con el “amor de una madre” del que Camilo fue un maestro. Esto será posible a través del redescubrimiento de nuestra relación personal con el Señor que nos ha elegido para esta especial vocación a la caridad y a la misericordia, que se implementa a través de la vida comunitaria, a través de un crecimiento continuo y de un proceso educativo para aplicar el carisma. Deseo que todos estos aspectos sean discutidos y profundizados durante estos tres días. Buen trabajo. Traducción: Francisco Javier Rodríguez