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17/07/16

Samaria 2016: Hemos convivido con pasión y ganas durante una semana que se nos ha pasado literalmente volando

Durante una semana un grupo de jóvenes de 20 años han vivido una experiencia de servicio así como de formación pastoral, silencio, oración y encuentro en la que han tenido la oportunidad de profundizar sobre la fragilidad, el cuidado de la vida y el significado del compromiso del seguimiento de Jesús. Cristina Miyar Azcano nos ha dejado este testimonio:
Acabado el Campo de Trabajo “Samaría” y estando cada uno de nosotros en nuestros lugares de origen, toca decir un “hasta pronto”, sentido y profundo, a una de las experiencias que han marcado el corazón de los que hemos participado en ella. A pesar de los diferentes carismas y misiones que nos hemos encontrado estos días, conseguimos, desde el inicio hasta el final de esta semana, formar una piña que ha encontrado sus fortalezas e identidad común en el servicio de aquellos que más nos necesitan y en el cuidado de los que, durante el tiempo que pasamos en el Centro, han quedado en nuestras manos y a los que hemos atendido aprendiendo del compromiso del equipo que allí trabaja.
En la mezcla entre momentos de trabajo en la Residencia, acompañando a los mayores en el cuidado y ayuda para realizar sus tareas diarias, y en otros más distendidos, en los que hemos aprendido los valores del fundador de los religiosos camilos, o de ocio, en los que hemos compartido testimonios de vida espontáneos que nos han unido aún más a lo vivido, y en las oraciones y eucaristías, con lágrimas y sensibilidades incluidas, hemos convivido con pasión y ganas durante una semana que se nos ha pasado literalmente volando. Es momento de dar gracias por esta experiencia y por todo el trabajo realizado, por el acompañamiento y las ganas de vivir juntos, por la acogida y lo fácil que ha resultado adaptarse a esta rutina, por cada una de las vidas que se han cruzado en nuestro camino estos días y han dejado una huella imborrable en nuestra memoria y corazón.
Ojalá que ahora cada uno de nosotros lleve a nuestros hogares todo lo bueno que ha brotado estos días y que nos sirva para hacernos conscientes de cuánto hace falta personas que se dediquen a cuidar a otras y a darles la oportunidad de realizarse como tales. Que las fuerzas que Samaría 2016 nos ha dado no se pierdan a pesar de las dificultades y que continuemos llevando este testimonio tan profundo de vida y entrega allá por donde nuestros caminos pasen. Un abrazo enorme, que San Camilo nos acompañe en nuestras misiones y a partir de ahora pondremos más corazón en nuestras manos.