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04/12/13

El Papa Francisco agradece a los religiosos su esfuerzo por vivir y contagiar la alegría del Evangelio

La USG comenzaba su 82ª asamblea dos días antes, el 27 de noviembre. En esta ocasión la reunión presentaba una novedad absoluta. Desde el principio se sabía que, por primera vez en su larga historia, una reunión de la USG se iba a concluir con una audiencia exclusiva con el Papa. Tan grata noticia encauzó desde el principio el desarrollo de las tres jornadas que se dedicaron a analizar los comportamientos y enseñanzas del papa Francisco y su repercusión en la vida religiosa actual. Al final, la conclusión de los superiores fue que “los gestos y el magisterio del papa Francisco nos invitan a una ‘conversión’ en nuestro servicio a los hermanos”.

Diálogo fraterno

El día 29 por la mañana, los miembros de la asamblea se trasladaron al Vaticano, en cuya Aula del Sínodo tuvo lugar el encuentro con el Santo Padre. No fue propiamente una audiencia, con la correspondiente alocución del Pontífice. Fue un encuentro distendido en el que, durante más de tres horas, los religiosos le plantearon al Papa preguntas e inquietudes, que él respondió con ánimo fraterno.
Francisco saludó uno a uno a los 120 Superiores Mayores presentes. Al finalizar el encuentro anunció que el 2015 será un año dedicado a la vida consagrada. Y, al abandonar ya el aula, se despidió diciendo: “Gracias por todo lo que hacéis y por vuestro espíritu de fe y afán de servicio. Gracias por vuestro testimonio y también por las humillaciones que sufrís”.

La alegría del Evangelio

Esta 82ª Asamblea y la entrevista con el Papa han sido para los superiores religiosos una extraordinaria fuente de inspiración y aliento, como lo son para todos los consagrados. Se suma ello a la influencia que está llamada a ejercer la reciente exhortación apostólica Evangelii gaudium, publicada el pasado día 24, con motivo de la clausura del Año de la fe. Desde las primeras líneas de este importante documento, Francisco invitaba a todos los cristianos “a una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría”, e indicaba “caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años”.
Está comenzando una nueva etapa en la historia reciente de la Iglesia, con un nuevo estilo y nuevas líneas de fuerza. La palabra clave es “conversión”, en busca de más autenticidad y una mayor fidelidad al propio carisma. Los agustinos recoletos se sienten identificados con este proceso de revitalización y reestructuración.