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16/07/25

El P. Arnaldo Pangrazzi visita la Viceprovincia de Vietnam para actividades formativas y espirituales

Del 29 de junio al 9 de julio, el P. Arnaldo Pangrazzi, miembro de la comunidad de Tres Cantos, realizó una estancia en la Viceprovincia de Vietnam de los religiosos camilos, participando activamente en diversas actividades formativas y pastorales.

Durante su visita en este país asiático, el P. Arnaldo dirigió los ejercicios espirituales para 25 religiosos, que se llevaron a cabo del 30 de junio al 4 de julio. Esta experiencia espiritual permitió profundizar en la vocación y compromiso ministerial siguiendo las huellas de San Camilo.

El 5 de julio, el P. Arnaldo se reunió con los responsables de Cáritas en Saigón, fortaleciendo la colaboración entre la Orden y esta importante institución de ayuda social.

Al día siguiente, 6 de julio, tuvo un encuentro con los trabajadores de la salud católicos en el Centro de Pastoral de la Diócesis de Saigón. Allí participó en la Eucaristía y ofreció una conferencia centrada en la dimensión camiliana del cuidado y el servicio.

Finalmente, el 9 de julio, participó en una jornada formativa junto a religiosos camilos y colaboradores sobre el conocimiento de la propia personalidad, una herramienta clave para el desarrollo personal y ministerial.

Estas actividades reflejan el compromiso constante de la Orden de los Ministros de los Enfermos con la enseñanza y la promoción del cuidado al estilo de San Camilo, reforzando así su servicio ministerial en Vietnam.

Compartimos a continuación el testimonio del P. Arnaldo durante su enriquecedora estadía en la Viceprovincia de Vietnam.

“El Espíritu Camiliano en Vietnam: Testimonio de Fe y Servicio”

Durante mis años de formación en Roma, tuve la oportunidad de conocer a varios religiosos camilos procedentes de Vietnam, tanto en el Camillianum como en otros centros académicos. Posteriormente, el reencuentro se dio en la comunidad de Tres Cantos, en Madrid, donde algunos de ellos habían llegado para colaborar con la provincia española. Al mismo tiempo, aprovechaban su estancia para continuar sus estudios de teología en Comillas o realizar formaciones prácticas en el Centro de Humanización de los Camilos.

Con el paso del tiempo, he podido percibir y confirmar en ellos una serie de rasgos comunes que los definen como comunidad religiosa: un estilo relacional marcado por la amabilidad y la cercanía, un espíritu camiliano muy arraigado, especialmente en el servicio a los que sufren, y una vida espiritual vivida con seriedad y coherencia. Su presencia activa en la vida comunitaria y su actitud cordial los hacen especialmente valorados tanto en el entorno religioso como en el asistencial.

Este carácter se ve reflejado también en la historia de su país, Vietnam, marcado por una profunda transformación sociopolítica. Tras un siglo de presencia francesa en Indochina y varios episodios de resistencia, el país vivió una prolongada guerra que culminó en 1975 con la retirada de Estados Unidos y la reunificación bajo el régimen comunista de Hanói. Aunque el control del Estado sigue siendo fuerte, especialmente en lo que respecta a la religión y la asistencia sanitaria, en las últimas dos décadas se ha percibido una cierta apertura, acompañada de un notable crecimiento económico y tecnológico.

Vietnam, con más de 100 millones de habitantes, ha emergido como una economía en auge, destacando por sus exportaciones de arroz, café, té y otros productos agrícolas. El desarrollo en áreas como la robótica, la ingeniería y la ciencia espacial lo convierten en un país cada vez más competitivo. A nivel religioso, aunque oficialmente es ateo, la práctica católica es intensa y visible, con iglesias llenas desde primeras horas del día y un notable número de vocaciones religiosas y sacerdotales. Este dinamismo espiritual lo convierte en uno de los países más prometedores para la Iglesia.

En este contexto, la presencia camiliana en Vietnam ha tomado fuerza. Desde 2024 es viceprovincia y mantiene religiosos no solo en su propio país, sino también en Tailandia, España, Taiwán e Italia. Cuenta con un sólido número de religiosos de votos perpetuos y en formación, muchos de los cuales tienen formación profesional previa en enfermería, medicina, fisioterapia o música, cumpliendo así uno de los requisitos de ingreso a la vida religiosa camiliana en el país.

Los servicios que prestan los camilos vietnamitas son diversos y profundamente enraizados en el carisma de la Orden: hospicios para enfermos terminales, orfanatos, residencias para personas con VIH/SIDA y clínicas diocesanas, todos ellos gestionados sin apoyo estatal y sostenidos únicamente por benefactores. Llama especialmente la atención el carácter completamente gratuito de sus servicios, así como la implicación directa de todos los religiosos —tanto profesos como novicios— en las tareas asistenciales y domésticas.

Su estilo de vida es austero y comunitario. No hay personal contratado para cocinar, limpiar o hacer las compras; todas estas tareas las realizan los propios religiosos, quienes también participan activamente en el cuidado de animales, la organización interna y la vida litúrgica. La jornada diaria empieza a las 4:00 de la mañana con la oración y finaliza a las 21:00 con el descanso, después de una intensa jornada de estudio, trabajo o apostolado.

Este ritmo de vida, profundamente camiliano, prioriza la acción, el servicio y la comunidad. No obstante, también se percibe una cierta necesidad de cultivar más el sentido crítico, la identidad personal y la expresión de la interioridad, aspectos que podrían enriquecer aún más su crecimiento humano y espiritual. Aun así, el testimonio que ofrecen es admirable: un modelo de vida religiosa comprometida, generosa y profundamente evangélica, que constituye una verdadera fuente de inspiración para toda la Orden camiliana.