Actualidad


08/12/22

Abrazamos el Carisma de la Misericordia con los enfermos

La Iglesia en el mundo celebra hoy la Solemnidad la Inmaculada Concepción. Como cada año, en esta fecha tan especial, los religiosos camilos de todo el mundo realizamos la renovación de los votos religiosos de “Servicio a los enfermos en perfecta castidad, pobreza y obediencia", recodando que hemos recibido de Dios, por medio de su Fundador San Camilo de Lelis, el don de revivir el amor misericordioso siempre presente de Cristo a los enfermos y de testimoniarlo al mundo.

Recordamos de esta manera, que un día como hoy, pero de 1591 Camilo junto a sus compañeros, realizaban la Profesión Solemne dando un gran impulso a la Orden que había sido aprobada por el papa Gregorio XIV el 21 de septiembre del mismo año.

Recordamos este momento histórico de mano del historiador de la Orden Mario Vanti en el libro San Camilo y sus Ministros de los Enfermos:

Camilo y sus compañeros hacen la Profesión Solemne

A la mañana siguiente –domingo 8 de diciembre– todo estaba dispuesto para la solemne ceremonia. Se había invitado a «algunos cardenales afectos», a los capuchinos, a los jesuitas, a los sacerdotes del Oratorio del padre Felipe y a un buen número de conocidos y benefactores. Entre sus parientes, Camilo había invitado en particular al más cercano por sangre, a su primo Onofrio.

De entre los benefactores, Camilo dio precedencia a Virgilio Crescenzi y a Fermo Calvi, que junto con Giovanni Giacomo Ferrari hicieron de testigos. Inocencio IX había delegado en monseñor Paolo Alberi, arzobispo de Ragusa, para recibir la profesión de Camilo concediendo la indulgencia plenaria a los que asistieran al solemne rito.

La paupérrima iglesia de la Magdalena no había contemplado, hasta entonces, una ceremonia mayor. Camilo había dispuesto y hecho lo mejor que pudo, más allá de sus posibilidades, a fin de que el Señor y la Virgen recibieran gloria, y los hermanos, los huéspedes, los fieles se llevaran un buen recuerdo y se sintieran edificados.

Asistían al celebrante el hijo del noble Crescenzi, don Giacomo y don Ludovico Fattorini, canónigo de Santa María la Mayor. Monseñor Alberi celebró la santa misa, a la que siguió la lectura de la bula «Illius qui pro gregis». Al término de la misma, Camilo, arrodillado a los pies del arzobispo, tras leer la profesión de fe, leyó con cierta dificultad a causa de la viva conmoción la fórmula de los votos. El celebrante, tras haber comentado con un discurso oportuno el solemne rito, dio un abrazo a Camilo, cediéndole el sitio para la profesión de sus veinticinco compañeros. Cuando todos hubieron pronunciado la fórmula de los votos, el fundador subió al altar para la santa misa y la comunión, que todos, sacerdotes y hermanos, tomaron de sus manos.

Oración a la Santísima Virgen María

Gloriosa Virgen María, Madre nuestra, te pedimos considerar siempre como obra tuya nuestra orden, que nació bajo tu protección.

En el día en que se celebra la fiesta de tu purificación, Nuestro santo padre Camilo se convirtió a Dios y a las obras de la vida cristiana.

El día de tu Asunción al cielo, tuvo la primera inspiración de fundar la Orden.

En la fiesta de tu Natividad, dio comienzo al Instituto, vistiendo a sus primeros seguidores con el hábito religioso.

En la solemnidad de tu Inmaculada Concepción, se consagro definitivamente al Señor, haciendo la profesión religiosa solemne con sus primeros compañeros.

A lo largo de la historia de nuestra Orden, especialmente en los momentos de mayor dificultad, hemos experimentado su tierna protección.

Continúa, oh Madre, Acompañando con especial afecto nuestra Orden que ha depositado su confianza en ti y tiene el honor de tenerte como su protectora, invocándote como Reina de los Ministros de los enfermos.

Dale siempre prosperidad y crecimiento, Haz que nazca en el corazón de muchos jóvenes. El deseo de consagrarse totalmente al servicio de Dios y de los enfermos.

Conserva nuestras comunidades en la fidelidad al carisma recibido y enciende en todos nosotros esa llama de caridad que ardía en el corazón de nuestro Santo Padre Camilo.

Hoy, oh Madre, renovamos nuestros votos, prometiendo a Dios servir a los enfermos, aun con peligro de la propia vida, en castidad, pobreza y obediencia. Obtén para nosotros vivir nuestra consagración con fidelidad y alegría. Nos abandonamos en ti Rogándote que te muestres siempre como nuestra Madre, nuestra Reina y Salud de los enfermos.

Amén.