La Fundación TAU reconoce la labor humanizadora de los Camilos en las V Jornadas de Discapacidad
En el marco de las V Jornadas de Discapacidad, celebradas bajo el lema “Cuidar con derechos, vivir con dignidad”, la Fundación TAU —obra de los Hermanos Capuchinos— ha otorgado un reconocimiento especial a los Religiosos Camilos por su compromiso con un cuidado profundamente humano y digno hacia las personas en situación de fragilidad.
El P. Allan Chávez, MI, recibió el galardón en nombre de la comunidad camiliana, en un acto celebrado en el Foro Iberoamericano de La Rábida, donde se destacó la dedicación cotidiana de los Camilos en el acompañamiento a personas con discapacidad y vulnerabilidad social. Este premio subraya la manera en que su servicio encarna la espiritualidad de San Camilo de Lelis, para quien cada persona es “un templo vivo” que merece ser atendido con ternura y respeto.
La presencia de José Carlos Bermejo: acompañar el sufrimiento desde la esperanza
El reconocimiento estuvo acompañado por la presencia del H. José Carlos Bermejo, Superior Provincial de los Camilos, quien ofreció una conferencia centrada en el arte de acompañar en el sufrimiento, tema profundamente conectado con la misión carismática de la Orden.
En su intervención, Bermejo recordó que acompañar es un acto de hospitalidad del corazón, una manera de estar al lado del que sufre “con el corazón en las manos”, cultivando la escucha, la compasión y la defensa de la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas que viven con discapacidad.

Un reconocimiento que honra a quienes cuidan
La Fundación TAU, a través de estas jornadas, quiso visibilizar la labor de familias, profesionales, voluntarios y entidades que sostienen la vida de las personas con discapacidad. En este contexto, el reconocimiento a los Camilos resuena como una confirmación de su vocación de servicio: defender derechos, promover dignidad y humanizar el cuidado, siguiendo el legado de San Camilo.
Este gesto fraterno entre instituciones de inspiración franciscana y camiliana muestra la fuerza de una Iglesia que cuida, que acompaña y que se hace cercana a los más vulnerables, promoviendo una cultura donde la ternura, el respeto y la misericordia se convierten en camino de humanización.
