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18/10/25

Los Religiosos Camilos participamos en las Jornadas de Formación de las Oficinas de Entorno Seguro

Los días 17 y 18 de octubre, los Religiosos Camilos participamos en las Jornadas de Formación de las Oficinas de Entorno Seguro, organizadas por la Conferencia Episcopal Española. Un espacio profundamente significativo que buscó generar esperanza en medio del dolor causado por los abusos en la Iglesia, bajo el lema: “Razones esperanzadas ante los gritos silenciosos de los abusos en menores”.

Este germen de esperanza nace del proceso de renovación y conversión que la Iglesia universal ha emprendido, escuchando el sufrimiento de las víctimas y asumiendo con seriedad su responsabilidad. La Iglesia, que nace a los pies de la Cruz de una víctima inocente, está llamada a caminar desde el dolor hacia la sanación.

Durante la primera jornada, se presentaron las líneas de trabajo de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores, así como las directrices que orientan la creación de espacios eclesiales verdaderamente seguros. También se profundizó en el papel de las oficinas de entorno seguro dentro de las estructuras eclesiales. Se mostró la importancia de poner en el centro la sanación y el acompañamiento de las víctimas, con el objetivo de liberar vínculos dañinos y favorecer procesos de reconstrucción personal.
Además, se compartió la experiencia de la Conferencia Episcopal Italiana y, en grupos de trabajo, se abordó la empatía como clave fundamental para acercarse al sufrimiento de las víctimas y acompañar su dolor.

La segunda jornada estuvo centrada en los abusos de poder y sus contextos, analizando las dinámicas que los potencian —entre ellas, la anulación del juicio crítico en una mala gestión de las relaciones asimétricas. Se ofrecieron herramientas prácticas para elaborar mapas de riesgos y de buen trato a menores, así como reflexiones sobre los errores y aciertos en el acompañamiento a los victimarios, la otra cara de esta compleja realidad.

Como Iglesia, continuamos este camino de sanación y compromiso, sabiendo que desde la herida de la Iglesia también puede brotar vida nueva. Lo hacemos con una escucha activa del dolor, una asunción madura de responsabilidades y el firme deseo de construir entornos seguros, donde toda persona pueda sentirse protegida y acompañada. Queremos responder al carisma camiliano también desde esta clave generando salud relacional.