Despidiendo la semana con un cuento

Las tres rejas

El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa y le dice a éste:

– Maestro, un amigo estuvo hablando de ti con malevolencia …

– ¡Espera! -le interrumpe el filósofo-. ¿Hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?

– ¿Las tres rejas? -preguntó el discípulo.

– Sí. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?

– No. Lo oí comentar a unos vecinos.

– Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme ¿es bueno para alguien?

– No, en realidad no. Al contrario.

– ¡Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?

-A decir verdad, no.

– Entonces -dijo el sabio sonriendo-, si no es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

Para la reflexión:

– También yo me apunto a hablar mal de los demás, sobre todo …

– Contribuyo con la cadena de «maledicencia» sin pasar las cosas especialmente por la reja de …

– Y cuando hablan mal de mi, yo …

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