Actualidad


03/07/18

Reflexión del Hno. José Carlos Bermejo tras su viaje a Taiwán

Nos hacemos eco de la reflexión del Hno. José Carlos Bermejo delegado provincial de la Provincia Española de los religiosos camilos que la semana pasada concluyó su viaje por varias poblaciones de Taiwán.



"Los Superiores Mayores de los camilos del mundo nos hemos reunido en Lotung (Taiwán) con la Consulta General del 18 al 23 de junio. Como todos los años, intercambiamos experiencias y hablamos de cómo va la vida de la Orden y de las Provincias, con una perspectiva mundial.

Esta vez hemos prestado atención particularmente  la presencia y trabajo de los camilos en Taiwán, Vietnam, Indonesia, Filipinas, Thailandia, India. La presencia es creciente y la proyección tiene sabor misionero, joven, creativo, apasionado. Son fundaciones nacidas de los misioneros italianos. Tienen el reto de la formación de los propios religiosos (por ser la mayoría jóvenes), que lo afronta con buena estrategia de apuesta por formarse no solo en teología, sino también en otras carreras vinculadas con el mundo de la salud.

Una grandísima atención la prestan a los enfermos de sida, niños, adultos, personas al final... El sida está silenciado en nuestros días, sin embargo, los enfermos existen, los excluidos también, las situaciones socialmente empobrecidas son terribles si no hay solidaridad compasiva para con ellos.

Los modelos de presencia de los camilos en el mundo no son uniformes. En algunos lugares existen grandes hospitales y centros de formación; en otros, pequeños centros con atención muy próxima y más dirigida a los más excluidos. Una variedad que muestra diferentes sensibilidades en torno a un mismo carisma, que es hermoso verlo expresado por todo el mundo.

Siempre será un desafío promover la cultura sobre el carisma camiliano en términos teológicos y pastorales, cosa que no harán otros, sino nosotros mismos".

Esperamos que la reflexión de José Carlos nos ayude a renovar nuestra vocación misionera, sobre todo con los excluidos y los que quedan en las periferias de nuestras propias comunidades.

La experiencia de compartir la misión que realizan otros en diferentes lugares del mundo es una vía privilegiada para la mejora y el enriquecimiento de nuestra propia acción pastoral. Por ello aprovechamos para agradecer a todos los hermanos repartidos por el mundo que comparten nuestra misión y con los que somos capaces de humanizar más allá de las fronteras.