Quiénes somos • La provincia Española • Historia


La Provincia española fue la primera en ser constituida fuera de lo que hoy es Italia. La fundación en España había ya sido querida e intentada por San Camilo en dos ocasiones, sin éxito.

La tercera y definitiva ocasión arrancó el 7 de julio de 1634, cuando la Consulta General decidió enviar a España a dos religiosos camilos españoles, el P. Alfonso López y el P. Miguel Montserrat, y un genovés, el H. Francesco Isola a fundar allí. Superadas las fuertes dificultades iniciales para que la Orden se estableciera en España, el 3 de septiembre de 1642 se obtuvo el permiso del Consejo del Reino de España para la institución de la primera comunidad en Madrid.

Tras un crecimiento rápido de la fundación con la apertura de nuevas comunidades, el 6 de septiembre de 1684 fue erigida oficialmente la Provincia española.

En estos tres siglos y medio desde la fundación en España, los religiosos camilos han escrito páginas heroicas en el servicio a los enfermos, mientras que la Provincia ha pasado por vicisitudes de muy diversa índole.

Entre estas páginas heroicas podemos destacar el servicio a los soldados enfermos y heridos durante la guerra que enfrentó a España y a Francia entre 1640 y 1659. En el año 1644, los tres religiosos camilos que estaban asistiendo a los heridos en el improvisado hospital de campaña de Fraga (Lérida) enfermaron a causa del intenso calor, del trabajo extenuante y, finalmente, murieron. Se trataba del P. Centurione, P. Castagnola y del oblato Nicoló Fantite.

En la peste que asoló la ciudad de Murcia en 1677, donde los camilos habían sido llamados por el rey Carlos II para atender a los enfermos que habían sido abandonados a su suerte por las autoridades, murió contagiado el P. José González Cortez.

Ya más cercano a nuestros días, durante la epidemia de gripe de 1918 que en Europa se llamó «la española» y en España simplemente «la gripe», fallecieron asistiendo a los enfermos el P. Urbano Izquierdo (en la localidad barcelonesa de Pujalt) y el H. Vicente Coll (en Marines, Valencia).

Desaparición
La presencia de la Orden camiliana en España terminó en el año 1835 a consecuencia «desamortización de Mendizábal». Mediante un decreto gubernativo se suprimieron las órdenes y congregaciones religiosas.

A partir de 1893, cuando las circunstancias políticas lo permitieron, con un gran esfuerzo por parte de diversas provincias europeas, la Provincia española fue refundada. El primer religioso camilo en instalarse en Valencia, enviado por el Superior General, P. Mattis, fue el P. Stanislao Carcereri, al que se unieron posteriormente el P. Angelo Morandini, el P. Giuseppe Camillo Ciman, el P. Luigi Steccanella, el H. Alessandro Bruschi, el P. Joseph Holzapfel y el P. Pio Holzer.

En 1909 se constituía de nuevo en Provincia canónica, las casas de los Camilos en España, a la que se unía la casa de Lima, que era la única comunidad camiliana que quedaba en América.

Un hecho trágico que marcó a la Provincia española durante el siglo XX fue que al comienzo de la guerra civil española (1936-1939) murieron 12 religiosos camilos por su condición religiosa.

América latina
Durante el siglo XVIII, con ritmo irregular hecho de avances y retiradas, así como con muchas vicisitudes de variado tipo, la Provincia española se extendió por tierras americanas pertenecientes a la corona de España, con las fundaciones en el Perú (Lima, 1736), México (Ciudad del México, 1755), Colombia (Popayán, 1776), Bolivia (La Paz, 1775), Ecuador (Quito, 1789).

A excepción de la comunidad de Lima, que desde su fundación se mantiene hasta el día de hoy, todas estas presencias terminaron cuando al culminar los procesos de separación del Reino de España se constituyeron los nuevos estados americanos independientes, que decretaron la supresión de los institutos religiosos de sus territorios.

Las actuales presencias en todos estos países son fruto de las refundaciones llevadas a cabo a final del siglo XX y comienzos del XXI.

Superiores Generales de la Provincia
La Provincia española ha dado a la Orden 4 superiores generales: el P. Francisco Pérez Moreno (1728-1734), el P. Sebastián López Cueto (1740-1743), el P. Gabriel Marín de Moya (1764-1770) y el P. Bartolomé Martínez Corella (1776-1782), a los que podríamos añadir un quinto, el P. Pío Holzer (1923-1929), quien, trentino de nacimiento, perteneció a la Provincia francesa, se formó en Verona y Roermond y desde joven vivió y ejercitó el ministerio camiliano en España, donde murió.