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10/11/16

Ser capellanes de Instituciones de salud hoy: Profecía y Misión.

Compartimos la síntesis final del Encuentro internacional de Capellanes de los Religiosos Camilos, celebrado por el Secretariado General para el Ministerio de la Orden los días 4, 5 y 6 de noviembre.

Ser capellanes de Instituciones de salud hoy: Profecía y Misión.

Al término del encuentro Internacional de capellanes celebrado en Roma en el que nos hemos comprometido con pasión y entusiasmo y en donde hemos abordando diferentes temáticas y realidades que han sido desarrolladas por los diversos relatores y también por la profunda implicación de los participantes en este encuentro, queremos en primer lugar expresar nuestro agradecimiento al Señor, a su espíritu amor, por el clima de fraternidad en el cual hemos trabajado, favoreciendo un clima de apertura, de recíproca y atenta escucha, de un compartir honesto y libre y por la participación emotiva, afectiva y cordial de estos días.
Queremos con este breve documento subrayar y compartir con toda la Orden y con quienes no han podido participar algunos puntos que nos han parecido relevantes para la actividad específica de capellanes en instituciones de salud y sobre todo para el futuro mismo de nuestro instituto y para la vida del carisma camiliano, que una vez más tenemos como necesario para la Iglesia Santa de Dios y para la sociedad civil en la cual desarrollamos nuestro ministerio.
Hemos intentado de resumir en ocho puntos todo cuanto se ha trabajado y reflexionado a lo largo de estos días: 1. Ser profetas en una sociedad globalizada, secularizada, indiferente, excluyente y también con muchas formas de religiosidad: es un reto muy actual para nosotros como Ministros de los Enfermos que estamos presentes en los cinco continentes. Una confrontación diaria con la necesidad de encontrar las palabras adecuadas acompañadas de gestos que manifiestan la Presencia y que puede hablar por si solas de Dios, de su misericordia por toda la humanidad, especialmente por quienes más sufren y por los más frágiles de la sociedad.
2. La prioridad de la Palabra: para ser evangelizadores en el mundo del sufrimiento debemos redescubrir la prioridad de nuestra relación con el Señor tanto personal como comunitaria. Una relación en la cual no nosotros sino el Señor mismo da origen y sostén en cada momento, sobretodo en nuestra vida ministerial, donde debemos mantener una constante asiduidad en la escucha de su Palabra.
3. La búsqueda y el cuidado de la espiritualidad: una vez más, el mensaje y el carisma camiliano nos exigen una intensa vida espiritual sin la cual nuestra acción no puede ser expresión de aquella “nueva forma de caridad” que está en el corazón del carisma mismo.
4. El desarrollo humano: comprender las alegrías y las tristezas de toda la humanidad y sobre todo de quienes sufren hoy, es el gran don del carisma camiliano que pone al centro el Cristo de Dios y al hombre.
5. El ejercicio de la ternura: es esta la peculiaridad del estilo camiliano en la cercanía hacia quienes sufren como cualidad típicamente humana y humanizante. La ternura no debe ser entendida con el sentimentalismo o con la debilidad. Se trata, más bien, de un sentimiento que hace a la persona afectuosa, copartícipe, respetuosa en relación a la persona que nos pide atención y curación
6. Los desafíos: las individuamos en:
  • el acompañamiento de las personas no creyentes o de diferentes religiones;
  • en el acompañamiento de aquellos que se encuentran en fase terminal de la enfermedad con la problemática que esto comporta en orden ético, sanitario, psicológico, emotivo y afectivo
  • el acompañamiento de las familias, sobre todo en lo relacionado a la elaboración del duelo
  • y el acompañamiento del personal sanitario En estas situaciones especiales se hace visible los “cien brazos” que San Camilo deseaba sostuvieran su obra.
7. Una atención especial la reservamos al Instituto Camillianum, que en los últimos treinta años ha contribuido a formar a los capellanes y a los agentes de pastoral provenientes de varias partes del mundo. Queremos ofrecer no solo una formación cultural, sino cultivar una apertura y una mayor dedicación a la específica formación permanente y a la búsqueda en el campo de la salud y de la teología pastoral sanitaria, para que este en grado de ayudarnos y la iglesia en general a leer en la historia los “signos de los tiempos”, contribuyendo de esta manera a la “salud integral “de los hombres y de las mujeres de nuestro tiempo.
8. La esperanza y el empeño por el futuro: no solamente por el ministerio de la capellanía hospitalaria, sino también por toda la Orden, lo cual se refleja en la necesidad que tiene la Iglesia y la sociedad de hoy del carisma camiliano obviamente actualizado en esta historia que estamos construyendo con toda la humanidad. son esperanzas y empeños que exigen un atento discernimiento, para lo cual pedimos ayuda al Espíritu Santo para que podamos comprender siempre la voluntad, un susurro que implica y exige nuestra atención y nuestra libertad.
Todos nosotros, participantes en este encuentro, en la razonable seguridad de interpretar también en este momento el “sueño” del Señor sobre nosotros y sobre nuestra Orden, expresamos la voluntad de realizar cuanto hemos intuido junto con todos los hermanos y hermanas que de varias formas y maneras comparten con nosotros el carisma donado del amor de la Trinidad a nuestro venerado y amado padre San Camilo.
Secretariado para el Ministerio.