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09/10/12

"Orar en el duelo", nueva publicación del Centro de Humanización de la Salud

-¿Por qué un libro “para conversar amablemente con Dios, individual y comunitariamente”? Es un recurso más en el contexto de la labor del Centro de Humanización de la Salud en el programa de intervención en duelo. Impartimos un posgrado, atendemos cientos de personas, hemos escrito varios libros para los dolientes y para acompañantes. Este es un recurso más para el corazón.
-En la vida humana hay experiencias que sugieren trascendencia…entre ellas, las de pérdida… El duelo nos arranca de lo más hondo de nuestro corazón una de las preguntas más difíciles –y quizás negadas- que las personas nos hacemos: ¿qué me cabe esperar después de la muerte? La trascendencia, que es también un dinamismo para el más acá la experimentamos en el duelo de una manera muy especial. Sentimos que amamos más allá de la presencia del ser querido. Seguimos amando en la ausencia.
-Un modo de orar es presentar a Dios nuestras necesidades, “Expresar en lugar de pedir”… Si “orar es hablar con Aquel que sabemos que nos ama” como decía Santa Teresa, El ya conoce nuestras necesidades. Cuando las presentamos, yo creo que expresamos nuestros anhelos más profundos. No informamos a Dios, sino mostramos nuestra indigencia y nuestra confianza. Quizás podemos poner más en sintonía nuestra comunicación con Dios dejando a Dios ser Dios.
-En los textos de este libro encontramos la invitación a la confianza en Dios… El creyente se apoya en la confianza, que llevada al límite se llama abandono. Es una de las características más específicas del dinamismo de la esperanza. El que espera, confía. Más allá de los límites del tiempo, confiamos en el triunfo del amor sobre la muerte, de alguna forma de Vida. Más allá, los creyentes esperamos ser todo en Dios.
-Ni Dios ni la oración son anestésicos que nos liberen del sufrimiento por la pérdida, pero nos ofrecen una nueva oportunidad de vivir más humanamente el dolor: narrado, compartido, descrito, en clave de esperanza… La oración tiene también poder de aliviar porque libera de sentimientos no expresados, de posibles soledades no puestas en clave de relacionalidad. Quien ora, dialoga, se abre, sale, mira más allá, más adentro, narra y, por lo mismo, se humaniza.
-Este libro nace en el contexto del servicio que los religiosos camilos prestan en el Centro de Escucha San Camilo, del CEHS. A partir de este servicio han surgido y surgen otros “CE San Camilo” en España y el resto del mundo… Es una de las cosas más hermosas que contemplo en el paso de los años: el nacimiento y desarrollo de Centros de Escucha especialmente sensibilizados ante el sufrimiento de la pérdida de un ser querido. Me emociona. Es un indicador de una forma muy fina de compasión y solidaridad: caminar juntos en las tinieblas y en el horizonte luminoso del duelo.