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07/09/11

En la enfermedad se dan los interrogantes más definitivos de la vida.

  • Cuando decimos “pastoral de la salud” (PS)…
Estamos hablando de un conjunto de “disciplinas” muy variadas que tienen como eje y finalidad la evangelización del mundo de la salud y de la enfermedad. Dicho de una manera más sencilla: se trata de una formación que ayuda a plasmar en ese mundo los valores del Evangelio, y contribuir a su humanización partiendo de una visión cristiana de la persona humana y de sus experiencias vitales, como la salud y la enfermedad.
  • Por tanto la PS es más que una materia.
Por supuesto. Y esto la hace mucho más interesante y completa. De hecho consta de varias secciones: antropológica, bíblica, teológica, pastoral, ética, relación de ayuda… En ellas se abordan temáticas como: La salud y la enfermedad en el Nuevo Testamento y en la praxis de Jesús, Teología de la salud, relación pastoral de ayuda, cuestiones bioéticas relacionadas con la salud y la vida etc.
  • ¿Goza hoy de buena “salud” esta formación en España?
Como formación reglada son pocos los centros o instituciones que la imparten en España. Entre ellos se cuenta nuestro Centro de Humanización de la Salud (CEHS) con su Escuela de PS, con el curso de PS a distancia, y otros cursos menores. Puede decirse, no obstante, que desde hace años se han multiplicado las ofertas en toda España de este tipo de formación, aunque en formatos parciales o muy selectivos.
  • ¿A quiénes aconsejarías un curso en PS?
Así, en general, a cuantos trabajan en el mundo de la salud y de la enfermedad, en el campo socio sanitario y de la exclusión social, por tanto también en parroquias, movimientos y asociaciones de voluntariado. A profesionales de la salud, a agentes de pastoral, a voluntarios; pero, sobre todo, a quienes sienten el deseo de contribuir, como creyentes y/o personas de buena voluntad, a hacer un mundo más humano, más a la medida de las profundas aspiraciones de la persona sana y enferma…
  • ¿Puede, pues, decirse que la formación en PS responde a verdaderas necesidades?
Desde luego no es un lujo innecesario, ni un título más. Basta pensar en unos cuantos datos muy relevantes: El mundo de la enfermedad y de su cortejo de experiencias es donde se dan los interrogantes más definitivos de la vida; donde se plantean los problemas éticos de envergadura (no sólo los más complejos, sino también los más diarios); donde se constata una mayor necesidad de atender la dimensión espiritual y religiosa del a persona; donde hay mayor riesgo de deshumanización; donde, con solo la buena voluntad, se cometen errores flagrantes (especialmente en el campo de la relación); donde es imprescindible escuchar y atender las aspiraciones y frustraciones más profundas de la persona; donde se hace más urgente el anuncio de la Esperanza que no defrauda; donde la fe se traduce en humanidad saludable y terapéutica; donde Dios nos habla al corazón…